Durante los últimos años se ha comenzado a discutir si realmente la ingesta de leche es realmente saludable para individuos adultos.
Hasta hace muy poco tiempo no dudábamos en absoluto de las cualidades y ventajas que nos otorgaba el consumir leche (por sus componentes nutritivos como por el presunto aporte de calcio). Pero ahora ya no está tan claro de que esto sea así.
El origen de consumir leche de animales
Hace 10.000 años más allá del agua, las opciones para beber eran escasas. La vida en las frías zonas del centro y norte de Europa era dura, especialmente en invierno y alguien debió pensar: ¿Qué diferencia puede haber entre la leche humana y la animal?
Aquellos capaces de usarla como alimento (los que de adultos seguían produciendo lactasa, la enzima que digiere la lactosa), tuvieron una ventaja evolutiva enorme en un entorno hostil con poca comida. Los descendientes de aquellos primeros experimentadores (que en verdetarianos sabemos que poseen la esencia del estudiante) podrán tolerar hoy cierta cantidad de lácteos sin mucho problema.
Sin embargo, a nivel global, el 65% de la gente tiene algún grado de intolerancia a la lactosa o a otros componentes de la leche. De forma que podemos decir que la humanidad no está bien adaptada a los lácteos.
No sólo es la lactosa
Además del agente intolerante, debemos tener en cuenta que la leche está diseñada para promover el crecimiento de ternero a toro en pocos meses. Este crecimiento se suele relacionar con mayor riesgo de cáncer en humanos.
Además de esto, algunos investigadores asocian la presencia de estrógenos y la betacelulina (otra hormona) en la leche con el riesgo de cáncer de ovario o próstata, aunque un análisis sobre lácteos encontró esta asociación con la leche desnatada, no así con la entera.
Por ello la leche entera puede proteger (debido a los compuestos presentes en la grasa) contra el cáncer. Al eliminar la grasa láctea te quedas con los factores que pueden promover cáncer (como un elevado IGF-1 y ciertas hormonas) pero eliminas los que pueden protegerte (como el ALC).
La caseína
Hay estudios que encuentran una posible asociación con diabetes tipo 1, por una respuesta inmune ante ciertas proteínas de la leche (entre ellas la caseína).
Asmas y alergias
Si bien pasteurizar la leche evita muchas infecciones, también consigue aumentar los problemas de alergias y asma, dada que la exposición a ciertos microbios y parásitos (que mueren en el proceso de esterilización) puede prevenir enfermedades autoinmunes.
Acné
La relación entre la leche y el acné es bastante sólida. Compruébalo eliminándola durante un tiempo si padeces de acné.
Osteoporosis
Un estudio del BMJ encuentra mayor riesgo de fractura en mujeres con alto consumo de leche. Las campañas públicas pro-lácteos para salvar los huesos no están justificadas.
Obesidad infantil
Un estudio de 12.000 niños encuentra asociación entre leche desnatada y obesidad, pero no con leche entera.
¿Debes tomar leche?
Los beneficios y riesgos son muy dependientes de tu grado de adaptación. Si tu esencia biológica es la del estudiante quiere decir que tus ancestros ya se alimentaban de leche de sus rebaños hace 7.000 años, y probablemente no tengas ningún problema. Pero aún así, te recomendaría adquirir leche lo más natural posible (no la comercial pasteurizada) entera y sin abusar. La leche de vacas alimentadas con pasto es más saludable. Contiene por ejemplo cinco veces más cantidad de ácido linoleico conjugado y mayor cantidad de Omega 3. Además, éticamente suelen ser también vacas mejor cuidadas y con menor uso de antibióticos.
Las alternativas más saludables tanto para nosotros los humanos como para los animales son las leches o bebidas vegetales.
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