Los virus se componen de dos partes: su material genético que puede ser ADN o de ARN y una cubierta proteica que protege a estos genes —llamada cápside—.
No cuentan con la maquinaria necesaria para sobrevivir por sí mismos, por ello deben infectar otras células e insertan su material genético en ellas y así reproducirse.
El primer virus conocido fue descubierto por Martinus Beijerinck en 1899.
El origen evolutivo de los virus aún es incierto, pudiendo ser a partir de fragmentos de ADN o desde bacterias.
Son demasiado pequeños para poder ser observados con la ayuda de un microscopio óptico, aunque existen excepciones.
Si uno de ellos tuviese el tamaño de la cabeza de un alfiler, en comparación nuestra altura sería de 50 kilómetros.
Actualmente se han descrito más de 5000.
Se calcula que únicamente se conoce menos de un 0.5% de los tipos existentes.
Hasta ahora los científicos solo han conseguido identificar el 1 % de los virus que habitan en la superficie de los océanos.
Si se colocaran en línea todos los virus que habitan en la Tierra, la hilera tendría una longitud de cien millones de años luz.
Un solo mililitro de agua de mar puede contener 180 millones de virus, casi cuatro veces más que el número de habitantes que hay en España, y dar un trago mientras se está nadando puede significar engullir tantos virus como humanos viven en Europa.
Los científicos han calculado que en la Tierra deben de existir unos 10 quintillones, es decir, un uno seguido de 31 ceros, lo que se traduce en que hay un millón de veces más virus en la Tierra que estrellas en el universo.
La «virosfera» actual únicamente contempla los que consideramos que causan enfermedades.
Son las entidades más abundantes y diversas del planeta.
Los virus se hallan en casi todos los ecosistemas de la Tierra y son el tipo de entidad biológica más abundante.
Están por todas partes, desde las nubes hasta nuestro intestino.
Algunos científicos han encontrado en las montañas bacterias y virus propios de los océanos. ¿Cómo han logrado llegar hasta allí? Los investigadores han descubierto que por encima de nuestras cabezas hay una corriente de virus que circula volando por la atmósfera terrestre, a más de 3.000 metros de altitud. En España, en las montañas de Sierra Nevada, cada día pueden depositarse hasta 700 millones de virus por metro cuadrado.
Los virus pueden viajar miles de kilómetros. Se han encontrado microbios viables provenientes del Sáhara en los Alpes y en los Pirineos.
Los virus infectan a todo tipo de organismos (animales, hongos, plantas, bacterias, arqueas, e incluso a otros virus).
Los virus se diseminan de muchas maneras diferentes y cada tipo de virus tiene un método distinto de transmisión.
Los antibióticos no tienen efecto sobre los virus, pero se han desarrollado medicamentos antivirales para tratar infecciones potencialmente mortales.
Los hospedadores vertebrados que sufrieron infecciones en el pasado poseen ARN de origen viral, sin enfermedad.
Los humanos tenemos retrovirus integrados dentro de nuestros genomas, que jugaron un papel en nuestra evolución controlando el funcionamiento de los genes y modificando los cromosomas.
Los virus y los vertebrados han estado conviviendo durante cientos de millones de años. Yong-Zhen Zhang.
No todos los virus provocan enfermedades, ya que muchos se reproducen sin causar ningún daño al organismo infectado. Desde el punto de vista de la evolución de otras especies, los virus son un medio importante de transferencia horizontal de genes, la cual incrementa la diversidad genética.
No solo infectan y regulan el crecimiento de poblaciones de microorganismos, plantas y animales, alterando por ejemplo los ciclos del carbono, del nitrógeno y del fósforo en los océanos.
Los virus son vehículos transmisores de genes que generan cambios en los organismos más complejos. Esto les hace ser claves, por ejemplo, en la evolución de la fotosíntesis y hasta del cerebro humano.
El virus del sida está especializado en traducir el ARN a ADN integrados en el genoma humano. Las instrucciones genéticas de estos virus son parte de los genes que hace al ser humano, como enmiendas añadidas a una constitución.
Las personas suelen estar infectadas por virus inocuos o incluso beneficiosos. Por ejemplo, el virus de la hepatitis C provocó mayores tasas de supervivencia, en personas infectadas con el ébola o el VIH.
Desde hace al menos dos décadas se sabe que el ADN de los organismos eucariotas –plantas, animales y hongos– está repleto de secuencias de origen vírico, y que estas componen al menos la mitad del genoma de todos los mamíferos.
Los bacteriófagos que infectan a las cianobacterias transportan genes de la fotosíntesis que han adquirido de sus propias víctimas –por recombinación genética entre su ADN y el del huésped infectado, el cual producirá nuevos virus que incorporen ya dichos genes–. Los daños intracelulares asociados a la infección viral provocan un descenso en la actividad fotosintética de las cianobacterias, pero los genes fotosintéticos que inyecta el bacteriófago sirven para acelerar la maquinaria fotosintética de su hospedador y que siga generando virus. Son unos seres egoístas, sí, pero gracias a su actividad los virus constituyen una reserva de diversidad genética muy influyente en la evolución de la vida.
Los virus causan la muerte de células a la vez que mueven genes de un huésped a otro.
Matthew B. Sullivan, investigador de la Universidad Estatal de Ohio (EE. UU.).
El gen neuronal llamado Arc, fundamental en el encéfalo de los mamíferos para la consolidación de la memoria y la pasticidad de las conexiones neuronales tiene origen vírico.
Curtis, Suttle, biólogo de la Universidad de Columbia Británica (Canadá), 2005 Jason Shepherd, científico de la Universidad de Utah (EE. UU.).
Los virus han jugado un papel crucial en el ecosistema global, el origen y la evolución de las especies controlando el funcionamiento de los genes y modificando los cromosomas.
Kristian Andersen, científico del Instituto de Investigación Scripps, en La Jolla (California
Pueden existir del orden de 100 millones de virus diferentes, cuando en total apenas se han descrito 1,9 millones de especies de seres vivos.
Edward Osborne Wilson, biólogo estadounidense
Nuestro actual conocimiento de los virus proviene únicamente de los agentes causantes de enfermedades y de los cultivados en laboratorio.
Yong-Zhen Zhang, investigador del Centro de Control y Prevención de Enfermedades de China.
CONCLUSIONES
Los virus resultan todavía un auténtico enigma.